“Cometés un crimen y la tierra se vuelve de cristal.
Cometés un crimen y manto de nieve se tiende en el suelo,
semejante al que en el bosque descubre las huellas de la perdiz,
de la zorra, de la ardilla, del topo.
Es imposible que una palabra dicha no haya sido modulada.
Imposible borrar la marca de los pasos,
imposible retirar la escalera.
Imposible no dejar tras de sí ningún indicio…
ninguna pista”.