En este diario no quiero ocultar las demás razones que me hicieron ladrón, la más simple de las cuales fue la necesidad de comer; sin embargo, en mi elección no intervinieron jamás la rebeldía, la amargura, la ira ni cualquier otro sentimiento parecido. Con maniático esmero, “celoso esmero”, preparé mi aventura como se prepara un lecho, una habitación para el amor: el crimen me enceló.
JOURNAL DU VOLEUR, Jean Genet.
1949