Yo soy ese niño de cara redonda y sucia
que en cada esquina os molesta con su
can you spend one quarter?
Yo soy ese niño de cara sucia
-sin duda inoportuno-
que de lejos contempla los carruajes
donde otros niños emiten risas y saltos considerables.
Yo soy ese niño desagradable
-sin duda inoportuno-
de cara redonda y sucia que ante los grandes faroles
o bajo las grandes damas también iluminadas
o ante las niñas que parecen levitar
proyecta el insulto de su cara redonda y sucia.
Yo soy ese niño hosco, más bien gris,
que envuelto en lamentables combinaciones
pone una nota oscura sobre la nieve
o sobre el césped tan cuidadosamente recortado
que nadie sino yo, porque no pago multas, se atreve a pisotear.
Yo soy ese aireado y solo niño de siempre
que os lanza el insulto del airado niño de siempre
y os advierte: si hipócritamente me acariciáis la cabeza
aprovecharé la ocasión para robarles la cartera.
Yo soy ese niño de siempre
Ante el panorama del inminente espanto.
Ese niño, ese niño,
ese niño que corrompe el poema con su nota naturalista.
Ese niño, ese niño,
ese niño que impone arduos y aburridos ensayos
y hasta novelas, aún más aburridas, sobre “los bajos fondos”.
Ese niño, ese niño,
ese niño de cara airada y sucia que impone arduas y siniestras revoluciones
para luego seguir con su cara aún más airada y sucia.
Ese niño, ese niño,
ese niño ante el panorama siempre inminente
(solo inminente)
del inminente espanto, de la inminente lepra, del inminente piojo,
del delito o del crimen inminente
Yo soy ese niño repulsivo
que improvisa una cama con cartones viejos
y espera, seguro, que venga usted a hacerle compañía.
(Nueva York, octubre de 1983)
VOLUNTAD DE VIVIR MANIFESTÁNDOSE
de REINALDO ARENAS